martes, 17 de noviembre de 2009

Temario para el examen

TEMARIO PARA EL EXAMEN DE ESPAÑOL SEGUNDO GRADO CORRESPONDIENTE AL MES DE NOVIEMBRE DE 2009

PROYECTO: Una ventana al mundo: el cuento.

CONCEPTOS Y DEFINICIONES ACERCA DEL RELATO

v Secuencias.
v Personajes.
v Aciones.
v Ambientes.
v Voz del narrador.
v Diálogos. (Estilo directo e indirecto).
v Trama.
v Descripción.


Revisa los conceptos anteriores en tu libro de texto, posteriormente lee con atención los siguientes cuentos y trata de identificar en ellos todos los elementos estudiados.
Formula algunas preguntas de reflexión que tengan qué ver con el contenido de los dos relatos.
No olvides localizar, subrayar y consultar en tu diccionario el significado de las palabras que te resulten desconocidas.


Celebracicón de la fantasía.
Eduardo Galeano.

Fue a la entrada del pueblo de Ollantaytambo, cerca del Cuzco. Yo me había despedido de un grupo de turistas y estaba solo, mirando de lejos las ruinas de piedra, cuando un niño del lugar, enclenque, haraposo, se acercó a pedirme que le regalara una lapicera. No podía darle la lapicera que tenía, por que la estaba usando en no sé que aburridas anotaciones, pero le ofrecí dibujarle un cerdito en la mano. Súbitamente, se corrió la voz. De buenas a primeras me encontré rodeado de un enjambre de niños que exigían, a grito pelado, que yo les dibujara bichos en sus manitas cuarteadas de mugre y frío, pieles de cuero quemado: había quien quería un cóndor y quién una serpiente, otros preferían loritos o lechuzas y no faltaba los que pedían un fantasma o un dragón. Y entonces, en medio de aquel alboroto, un desamparadito que no alzaba mas de un metro del suelo, me mostró un reloj dibujado con tinta negra en su muñeca: -Me lo mandó un tío mío, que vive en Lima -dijo -Y anda bien -le pregunté -Atrasa un poco -reconoció.



Resignación
Eduardo Galeano

En una biblioteca universitaria de Estados Unidos, me enteré de que yo era autor del prólogo de un libro de Nahuel Maciel, publicado en Buenos Aires por las ediciones El Cronista. Como nunca escribo prólogos, el asunto me llamó la atención. El prólogo, firmado por Eduardo Galeano "en Montevideo, a los 76 días de 1992", comienza advirtiendo que "es tarea y es propio de los maestros prologar las obras de sus discípulos, pero lo cierto es que no considero a este joven periodista como un discípulo, puesto que casi siempre es él quien me enseña". Y a continuación, el enseñante enseñado descerraja varias páginas de elogios en un estilo inflado por las citas ilustres y el noble sentido de la gratitud. Aunque ya había pasado algún tiempo desde la publicación, decidí recurrir a la justicia. Por intermedio del doctor Finkelberg, que tiene experiencia en estos menesteres, hice la denuncia penal en Buenos Aires. Yo pensaba que el sentido común tenía algo que ver con el derecho, pero los representantes de la ley me sacaron amablemente del error: el fiscal, doctor Ballestreros, consideró que ese prólogo no contituye propiedad literaria digna de protección, puesto que yo nunca lo escribí, y el juez, doctor Calvete, puso punto final al malentendido al esablecer que no existe defraudación por cuanto el prólogo no perjudica mi patrimonio. Mi buena educación me impide recurrir a la ley del Talión, ojo por ojo, diente por diente, prólogo por prólogo, y me obliga a aceptar un veredicto que consagra, una vez más, la impunidad de los caraduras. Por respeto a la justicia, tendré que resignarme. Haré todo lo posible por creer que ese prólogo me pertenece y hasta quizás, con los años, podré empezar a quererlo. No será facil, porque es horroroso.
Pero uno se acostumbra. Ya me había pasado algo parecido con la Enciclopedia Larousse. Allí figuro con una fecha de nacimiento, 1920, que me agrega veinte años de vida. Pedí que corrigieran la errata. En una edición posterior, me hicieron una rebajita, y pasé a nacer en 1924. Mi papá, mi mamá y mis documentos aseguran que yo nací en 1940, pero es tanto mi respeto por la Larousse que desde hace algún tiempo estoy sintiendo los achaques de la edad que me atribuye.

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